Curiosidades

Abrimos esta nueva página en la que iremos contando  regularmente algunas cosas que hemos creído interesantes , relacionadas con la Guardia Civil y qué mejor para empezar que por los comienzos de este Cuerpo en esta provincia, haciendo un recorrido por los diversos edificios que ha venido ocupando su plantilla en la capital 

Podemos afirmar, que el 19 de noviembre de 1844 es la fecha en que comienza su andadura la Guardia Civil en esta provincia, ya que ese día, onomástica de S.M. la reina Isabel II, parten hacia sus respectivos destinos los componentes de las compañías de Infantería y el escuadrón de caballería que conformaban la primera plantilla del octavo tercio, al que pertenecía la Comandancia de Ávila, aunque no sea hasta el 30 de diciembre de ese mismo año, cuando se tiene constancia escrita de su presencia en la capital, según copia del acta del Archivo Municipal.
De dicho acta se infiere, que el primer asentamiento de la Guardia Civil en Ávila lo fue en «el piso bajo, del edificio donde se hallan las oficinas del gobierno político». El jefe político era José Fernández de la Auja y tendría sus oficinas en un edificio, enfrentado al torreón de los Guzmanes, en la denominada Plaza de las Oficinas o de los Cepedas.

La Alhóndiga. Foto de Jean Laurent del año 1864. Libro El Álbum del Grande, de Jesús M. J. Sanchidrián Gallego.
En el año 1848 y durante un tiempo indefinido, La Alhóndiga, edificio de 1589, de dos plantas entre la torre del Homenaje y la del Alcázar, albergó a los guardias civiles. Este edificio, también se utilizó para la celebración de sesiones por el Ayuntamiento, y como prisión y cárcel de los nobles. También fue ocupado por las escuelas de primaria, depósito, casa de carnicerías y café.
Posteriormente, estuvo alojado en el caserón de la calle de Los Caños (hoy Parador de Turismo), presumiblemente hasta 1877; aunque en alguna época, estuvo vacío, por marchar toda la fuerza a otras provincias o cambiar de lugar, como demuestra el hecho de que, desde el 15 de agosto de 1874, el Ayuntamiento pagaba 14 reales diarios, por el alojamiento de la Guardia Civil, en la casa posada Santa Teresa. La comisión del ramo, proporcionó después, un local bastante capaz en la casa del Deanato, (lo que es hoy el Museo Provincial), sin que el municipio tuviera que pagar nada.
El 30 de noviembre de 1890, se firma un contrato, entre el jefe del Cuerpo en la provincia, Ruperto de Vega, y el propietario Romualdo de Miguel, de un viejo caserón, denominado de San Jerónimo, entre la iglesia del mismo nombre y la calle Pi y Margall (actual Duque de Alba).


Edificio (hoy Parador Nacional) de la antigua calle de Los Caños, donde estuvo alojada temporalmente la Guardia Civil.
Palacio de los Deanes (actual Museo Provincia de Ávila), alojamiento temporal de la Guardia Civil.
La reina regente, en 1900, reconoce la urgente necesidad de acuartelar las fuerzas de la Guardia Civil de la Comandancia y puesto de Ávila, y autoriza el arrendamiento de una casa, de propiedad particular en la capital:
A propuesta del Ministro de la Gobernación, de acuerdo con el Consejo de Ministros, con arreglo a lo dispuesto en las leyes vigentes de Contabilidad y Real Decreto de 2 de mayo de 1876; en nombre de mi augusto hijo, el rey D. Alfonso XIII, y como reina regente del Reino, vengo en decretar lo siguiente:
Artículo 1.º.- Reconocida la urgente necesidad de acuartelar las fuerzas de la Guardia Civil de la Comandancia y puesto de Ávila, se autoriza al Ministerio de la Gobernación, para aceptar la proposición presentada por don Lucas Martín Díaz, cediendo en arrendamiento, por veinte años y precio de 6.000 pesetas, en cada uno de ellos, una casa de su propiedad, sita en la calle Duque de Alba, de aquella capital.
Artículo 2.º. Se aprueba y autoriza como definitivo, el contrato provisional de arrendamiento del expresado edificio, celebrado entre el propietario y el primer jefe de la Comandancia, el 26 de septiembre último, pero sin que empiece a regir, hasta el día en que aquel, sea ocupado por la Guardia Civil, debiendo justificarse este hecho, por acta notarial, que acredite la entrega del edificio, en las condiciones estipuladas.
Art.3.º. El pago del servicio, se efectuará con cargo al crédito consignado en el presupuesto vigente para gastos de alquileres y obras de los edificios que ocupen los tercios de la Guardia Civil. Dado en palacio a once diciembre de mil novecientos. María Cristina.
Se renueva el 3 de septiembre de 1923, entre el mismo propietario y el teniente coronel jefe de la Comandancia, Fernando Núñez Llanos, por una cantidad anual de 12.000 pesetas.
Con fecha 9 de octubre de 1946, se firma una renovación del contrato entre el comandante 2.º jefe de la Comandancia, Juan Gall Mota y el copropietario del edificio, don Ramón Pedro Martínez López, al que se le reconoce el incremento experimentado en la contribución, repercutiendo en el arrendamiento, que queda en 12.387 pesetas anuales.
El 6 de abril de 1948, el mismo copropietario y el teniente coronel Jefe de la Comandancia, don José del Valle Fernández, firman una nueva renovación del contrato, quedando fijado el arrendamiento en 12.696,60 pesetas anuales, al haber aumentado la contribución del edificio. La firma del contrato, se produce entre el ya mencionado propietario, Lucas Martín Díaz, y el comandante de Puesto Jacobo Fenech y Codorniu.
Anteriormente, a finales de 1933, el Ministerio de la Gobernación solicita al Ayuntamiento, un solar para construir un cuartel, acordando éste ceder parte del denominado Pinar de San Antonio. No prosperó, por descontento de parte del vecindario y en 1934, el ayuntamiento eligió unos terrenos, junto al convento de Las Gordillas, que tampoco se llevó a efecto.
El 19 de agosto de 1935, por causas desconocidas se produce un incendio en el cuartel de San Jerónimo, que afectó a parte de  los  pabellones de tropa del puesto de la capital. Del suceso se hicieron eco con grandes titulares los distintos medios de comunicación entre ellos los conocidos diarios ABC y La Vanguardia, además del Diario de Ávila.
Ante ello, se estudian varias propuestas de construir un nuevo cuartel, como la de 25 de septiembre de 1935, de ubicarlo en el huerto de los Estudiantes (a la derecha de la carretera entre la plaza de Santa Ana y la estación de ferrocarril), y la de 12 de febrero de 1936, de hacerlo en el denominado Caño de la Cingarra, ubicado junto al convento de las Gordillas, que no prosperaron, llegando la Guerra Civil, acordándose levantar el nuevo cuartel, en el solar donde estaba antes del incendio.
Con fecha 31 de marzo de 1967, el edificio fue adquirido por el Patronato Benéfico para la Construcción Santa Teresa de Jesús, dependiente de la Caja General de Ahorros y Monte de Piedad de Ávila, continuando vigente el contrato de arredramiento, formalizado por los anteriores propietarios, herederos de don Ramón P. Martín López. En 1968, se abonaba la cantidad de 80.481,21 pesetas anuales, en concepto de renta de alquiler
Así llegamos hasta 1980 en que se ocupó el actual edificio el cual fue inaugurado el 19 de julio de 1982, por el secretario de Estado, el abulense Francisco Laína. En el acto se hizo entrega de banderas nacionales a los puestos de la provincia, donadas por los respectivos municipios.
Para ello previamente se cedió gratuitamente, por parte de la Caja General de Ahorros y Monte de Piedad de Ávila, el solar en el paraje Las Hervencias, en escritura pública de fecha 14 de septiembre de 1973 ante el notario de Ávila, don Carlos Prieto de Arozamena.

Año 1978: estado de las obras del actual acuartelamiento de Ávila.
En el BOP de Ávila n.º 115, de 25 de septiembre de 1975, se publica un «concurso-subasta urgente para las obras de construcción de la casa-cuartel para la Guardia Civil de Ávila, por importe de 106.112.181,94 pesetas y un plazo de ejecución de 32 meses y 54 viviendas». Las obras comienzan el 7 de febrero de 1976. Con fecha 20 de junio de 1980, se lleva a cabo la recepción provisional, por personal de la Jefatura de Acuartelamiento de la Dirección General.


                                                       



La Virgen del Pilar, Patrona de la Guardia Civil.

El 8 de febrero de 1913 por Real Orden Circular, dimanante de la Sección de Instrucción, Reclutamiento y Cuerpos Diversos del Ministerio de la Guerra, previo informe favorable del provicario general castrense, el teniente general don Ángel Aznar Butigieg, director general del Cuerpo, informa «que el rey (q.D.g.) se ha servido declarar patrona de la Guardia Civil a Nuestra Señora del Pilar».

Los guardias civiles, al margen de sus creencias religiosas, se suelen identificar con esta Virgen. No en vano, la fiesta del Pilar es también –como se definió en su primera celebración– la fiesta del compañerismo entre los componentes de la Guardia Civil.



Himno de la Guardia Civil

El himno de la Guardia Civil tiene su origen en el año 1924, en el Colegio de Guardias Jóvenes de Valdemoro (Madrid), con música del capitán músico de dicho colegio, don Ildefonso Moreno Carrillo.
Referente a la letra, no hay unanimidad en cuanto a su autoría: mientras unos se decantan por sor Anunciación García Sierra, del colegio de huérfanas de la Guardia Civil, Marqués de Vallejo, también ubicado en Valdemoro, otros afirman que se debe al teniente coronel jefe de estudios del Colegio de Guardias Jóvenes, don José Osuna Pineda, que le habría compuesto como himno de ambos colegios de huérfanos, para ser adoptado posteriormente por la Guardia Civil.

Instituto, gloria a Ti,
por tu honor quiero vivir.
Viva España, Viva el Rey,
Viva el Orden y la Ley,
Viva honrada la Guardia Civil.
Benemérito Instituto,
Guarda fiel de España entera,
que llevas en tu Bandera
el Lema de Paz y Honor.
Por glorificar el nombre,
que el Gran Ahumada te diera,
con tu sangre noble y fiera,
has bordado tu blasón.
Vigor, firmeza y constancia,
valor en pos de la gloria,
amor, lealtad y arrogancia,
ideales tuyos son.
Por Ti cultivan la tierra,
la Patria goza de calma,
por tu conducta en la guerra,
brilla airoso tu Pendón.
Instituto, gloria a Ti,
por tu honor quiero vivir.
Viva España, Viva el Rey,
Viva el Orden y la Ley,
Viva honrada la Guardia Civil.

Sombrero o tricornio

No cabe duda que, de todas las peculiaridades que pueda tener nuestro Cuerpo, la más característica, al menos desde el punto de vista externo, es nuestro singular sombrero, el tricornio.
Desde la fundación de la Guardia Civil, el sombrero ha ido sufriendo variaciones que, realmente, solo lo han sido en las medidas del mismo.
Su origen se debe al duque de Ahumada, preocupado porque la Guardia Civil tuviera un uniforme con «aspecto severo, elegante, vistoso, única forma de conseguir la representación social que había de darse a sus componentes»; también tuvo mucho que ver el Presidente del Gobierno, general Narváez, el Espadón de Loja, quien manifestó que, tanto las fuerzas de infantería, como las de caballería, debían usar el mismo sombrero: el denominado de tres picos o de medio queso.


Primer modelo de sombrero de la Guardia Civil, vigente entre 1844 y 1860.
La Reina Isabel II respaldó la opinión de Narváez, y en el primer real decreto sobre uniformidad, de 15 de junio de 1844, se puede leer: «Su Majestad, se ha servido aprobar el primer proyecto, con la sola diferencia de que los guardias de Infantería han de usar el sombrero, como los de Caballería».
El duque de Ahumada, en una Circular de octubre de 1856, recuerda la necesidad de usar un sombrero con las medidas reglamentarias (dadas en pulgadas y líneas, al no existir aún el sistema métrico decimal).
En 1860, el inspector general, teniente general Hoyos, emite una circular, en la que el tricornio empieza a evolucionar hacia su forma actual, apelando a la «perfecta igualdad que ha de haber en todo el Cuerpo», quedando reducida la pala posterior a ocho pulgadas y la anterior a seis.
En 1866, el tricornio ya tiene la forma de hoy en día, pero de mucho mayor tamaño; reduciéndose las dimensiones con el paso de los años. Así lo confirma la Cartilla de Uniformidad de 1922 y la actual vigente Orden Ministerial de 1989.
En cuanto al material usado, originalmente era de fieltro, que se ensuciaba con facilidad, lo que dificultaba el mantener su buena presencia y caro por su continua necesidad de reposición. Es por ello que se reglamentó el uso de fundas. La más corriente era de hule negro, siendo utilizada en verano otra de tela de color blanco, con visera y cogotera. Ambas recogidas en las Instrucciones para la Uniformidad de la Guardia Civil, publicadas en 1866.
A partir de 1899, se autorizó el empleo de un sombreo hecho de cartón y de tela (posteriormente también de corcho), para cuando se usara la funda de hule, manteniéndose en el Reglamento de Uniformidad de 1922:
Se autoriza para los actos que se dirán en esta cartilla el uso del sombrero de corcho o cartón, de las mismas dimensiones que el de fieltro, con funda de hule, llevando aquel un botón en el sitio correspondiente a la presilla.
En esta Cartilla se cambió la funda de lienzo blanco por la de color gris-verdoso, también con cogotera y visera, que se ha mantenido hasta hace muy poco tiempo.

La Orden de 20 de julio de 1989 mantiene como partes del tricornio, entre otras, la armadura y el forro exterior: la armadura está hecha de corcho, lleva cosida en la parte central de la banda un botón y está recubierta, de forma tirante y sin arrugas por el forro exterior de charol (ya no es de hule), que queda sujeto y cerrado por cuatro pequeños botones que hay debajo las palas laterales.




Félix Hernández Díaz


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